Dormir en la silla del caballo, beber agua de lluvia, comer sólo carne seca, leche desecada y sangre de caballo. Así es la vida de un mongol en guerra. Por la noche nos recompensan con leche de yak fermentada y la promesa de los tesoros persas. Impulsados por las palabras del Gran Khan, hemos cruzado al galope kilómetros del continente asiático. Frente a nosotros se encuentra el vasto imperio de Persia. Le daremos al Khwarazm Sha otra oportunidad de someterse y, luego, sus ciudades serán destruidas piedra a piedra. Pero no todos nos dirigimos a Persia. Genghis ha enviado a Subotai Ba’atur, de la horda de los renos en dirección norte hacia Rusia. Los territorios rusos están desorganizados y Genghis espera que Subotai pueda someterlos uno a uno. Y entonces, los límites de Mongolia abarcarán toda Asia.