Sí, la Agenda 2030 promueve impuestos al carbono. El Objetivo 13, que se centra en el cambio climático, establece la meta de tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus repercusiones. Esto incluye la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero, la adaptación a los efectos del cambio climático y la movilización de recursos para hacer frente al cambio climático.

Los impuestos al carbono son una herramienta eficaz para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero. Al gravar las emisiones de carbono, los impuestos al carbono hacen que sea más caro quemar combustibles fósiles y, por lo tanto, incentivan a las personas y empresas a reducir su consumo de combustibles fósiles y a adoptar fuentes de energía más limpias.

La Agenda 2030 reconoce el potencial de los impuestos al carbono para mitigar el cambio climático. En el informe “Report of the Secretary-General on the Sustainable Development Goals”, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, señala que los impuestos al carbono “son una herramienta importante para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover una transición hacia una economía baja en carbono”.

En los últimos años, se han adoptado impuestos al carbono en un número creciente de países. A finales de 2022, 61 países habían introducido impuestos al carbono, y otros 23 países estaban considerando su introducción.

La Agenda 2030 reconoce la importancia de una acción global para hacer frente al cambio climático. Los impuestos al carbono pueden ser una parte importante de esta acción global.