Si ocupaban la vasta Polonia, la presión en las fronteras del Imperio disminuiría.
Para negociar con Polonia, Barbarroja recurrió a uno de sus más poderosos vasallos, Enrique el León. Enrique era un poderoso príncipe de Sajonia, y sus decadentes palacios eclipsaban a los del propio emperador.
Aunque juró lealtad a Barbarroja, algunos se cuestionaron si su intención no era la de hacerse con el poder del Imperio.
Al ordenar a Enrique que ayudara en la dominación de Polonia, Barbarroja pretendía poner a prueba de una vez por todas su voto de obediencia.
Deja un comentario